Era de Chipre el escultor Pigmalión, artista que no gustaba de las mujeres porque, según consideraba, éstas eran imperfectas y pasibles de muchas críticas. Y tan convencido estaba del acierto de su opinión que resolvió no casarse nunca y pasar el resto de su vida sin compañía femenina.
Pero, como no soportaba la completa soledad, el artista chipriota esculpió una estatua de marfil tan bella y perfecta como –según juzgaba ninguna mujer verdadera podría serlo. Y, de tanto admirar su propia obra, acabó enamorándose de ella. Le llegó a comprar las más bellas ropas, joyas y flores: los regalos mas caros.
Todos los días pasaba horas y horas contemplándola, y, de cuando en cuando, besaba tiernamente los labios fríos e inmóviles. Tal vez hubiera vivido hasta el fin de sus días ese amor silencioso, de no ser por la intervención de Venus. Pues la diosa era objeto de intenso culto en la isla donde vivía Pigmalión.
En las fiestas ofrecidas a los dioses, el escultor estuvo presente. También ofreció sacrificios y elevó al cielo sus ardorosas suplicas: “A vosotros ¡oh dioses!, a quienes todo es posible os suplico que me deis por esposa” –no se atrevió a decir mi virgen de marfil- “una doncella que se parezca a mi virgen de marfil".
Atenta , Venus, escuchó el pedido, y para mostrar a Pigmalión que estaba dispuesta a atenderlo, hizo elevar la llama del altar del escultor tres veces más alto que las de los otros altares. pero el artista no comprendió el significado de la señal, salió del santuario y, entristecido, tomó el camino de su casa.
Al llegar, fue a contemplar de nuevo la estatua perfecta. Y después de horas y horas de muda contemplación la besó en los labios. Tuvo entonces una sorpresa: en vez de frío marfil, encontró una piel suave y una boca ardiente. A un nuevo beso, la estatua despertó y adquirió vida, transformándose en una bella mujer real que se enamoró perdidamente del creador.
viste que siempre se aprende algo? jaja me estas desburrizando :P
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